Es preciso aprovechar el enorme potencial de digitalización de la economía
Tras la pandemia, surge una sociedad cada vez más digital: el trabajo a distancia, el aumento vertiginoso del número de transacciones de pago, la integración de soluciones basadas en la inteligencia artificial (IA) y el mantenimiento de la competitividad en un mundo conectado. Las tecnologías intervienen en todas las cadenas de valor y requieren un alto nivel de seguridad. También conducirán a una demanda cada vez mayor de semiconductores. Como inversor, el reto consiste en estar expuesto a estas tendencias estructurales y en aprovechar plenamente su potencial.
Mendon Qestaj, Analista de medios de comunicación, tecnología y telecomunicaciones
La nueva era en el entorno de trabajo
El auge de la tecnología está permitiendo una transición digital, así como satisfacer las expectativas de un nuevo mundo. Por consiguiente, “trabajar desde cualquier lugar” está siendo posible para determinados sectores de la economía, y la conectividad (5G, fibra) es un vínculo indispensable. Las empresas se esfuerzan para reinventar la experiencia del trabajo a distancia, uno de cuyos retos es mantener la productividad: a ello contribuyen las nuevas herramientas tecnológicas, sobre todo las relacionadas con la realidad aumentada y virtual. La visión del “metaverso”, esto es, de un mundo virtual, se está convirtiendo en una realidad para el entorno de trabajo.
El sector de los pagos ofrece nuevas oportunidades
Los servicios de pago están evolucionando gracias a la innovación digital: el comercio electrónico y las actividades basadas en suscripciones se están beneficiando de ello. Las empresas innovadoras han desarrollado métodos de pago rápidos y sin contacto. El éxito de las carteras digitales, los pagos entre empresas (B2B) y entre pares (P2P), y la aparición de soluciones para “comprar ahora y pagar después” son pruebas de las preferencias de los consumidores. Se prevé que el volumen mundial de pagos sin efectivo crezca un 12,5% al año entre 2020 y 2025, y que alcance los 1,9 billones de USD. Cada vez está más claro que los pagos electrónicos tienen un papel central en la transformación digital de nuestro gasto diario.
La inteligencia artificial plantea un desafío para los sectores tradicionales, por lo que debe integrarse
Cada vez más de los dispositivos utilizados están conectados no solo a Internet, sino también entre sí. En 2020, había 22.000 millones de objetos conectados en el mundo y, a raíz de los últimos análisis, se estima que esta cifra aumentará a 41.000 millones en 2025. Para una parte de la economía, las inversiones estarán destinadas a integrar sistemas inteligentes a fin de que funcionen sin supervisión humana.
Gracias al desarrollo de algoritmos, incluso las tareas más complejas son y serán automatizadas con la ayuda de la robotización, la impresión en 3D y otras aplicaciones innovadoras. A medida que se logren avances en IA, sus funciones serán más precisas y eficaces, y el aumento de la productividad será considerable. Creemos que la IA es una de las mayores oportunidades de inversión, ya que abarca todas las dimensiones de una sociedad digitalizada. Por tanto, la IA podría representar el 15% del PIB mundial, esto es, casi 16 billones de USD en 2030 y penetrar también en los sectores tradicionales, que tendrán que adaptarse para seguir siendo competitivos.
La construcción de las infraestructuras del futuro afecta a todos los sectores
Conectadas con sistemas de sensores que van desde la comunicación hasta la seguridad o la automatización, las infraestructuras se convierten en sistemas “inteligentes”. Se optimizan gracias a la abundancia de datos disponibles. Por lo tanto, prevemos un fuerte crecimiento de la necesidad de sensores, software, sistemas de automatización y componentes electrónicos para garantizar su eficiencia, especialmente la energética. Algunos estudios recientes estiman que estas aplicaciones para ciudades inteligentes pueden, por ejemplo, mejorar los indicadores clave de calidad de vida entre un 10% y un 30%.
Se prevé que la industria de semiconductores duplique su tamaño: se está produciendo un crecimiento estructural
La adopción de estas tendencias (trabajo a distancia, pagos, IA, infraestructuras) crea una fuerte dependencia de la ciberseguridad y los semiconductores. Prevemos un aumento considerable del gasto en protección de datos, infraestructura de red y acceso a chips. Por consiguiente, en los próximos años pasaremos de un crecimiento históricamente cíclico a un crecimiento estructural: estas industrias sientan las bases de la transición digital.
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